MUJER, ESPOSA Y MADRE

¿Qué se hace cuando ya no queda nada que se pueda hacer? Cuando te empiezas a dar cuenta que todas las personas han cambiado, aunque sea un poco, y que ya no es lo mismo a lo que tú recordabas, ¿Cómo en tan poco tiempo puede haber tanta diferencia?

Y te preguntas: ¿De qué me he perdido? entonces te das cuenta, tú misma también has cambiado, has dejado de ser esa niña y esa joven para convertirte en mujer, esposa y madre.

Observas tus fotos con detenimiento encontrando esa mirada juguetona y esa sonrisa traviesa, recuerdas... momentos, personas, cuántos cambios... es como si todo hubiera parado un año, mientras los días, meses y años siguientes se convirtieron solamente en la consumación de un alma; y te das cuenta, que quieres regresar el tiempo, volver a sentir, volver a vivir... sacar tu corazón de niña que guardaste por vergüenza, por temor y usarlo de nuevo para mostrarle al mundo que sigue viva esa chispa, esa ilusión de la infancia en donde todo era un cuento de hadas, donde cada pequeña cosa que sucedía a tu alrededor valía la pena, donde una sonrisa valía más que mil palabras, y todo tenía el sentido que tu le dieras, esa vida, no era simplemente vida, era un estilo de vida que ahora está guardado, mas no olvidado.

Me detengo a pensar eso es lo que yo quiero ser, esa niña, esposa y madre que deseé de pequeña porque si ser mujer es quitarte tu sonrisa y el brillo en los ojos deniego de esa etapa.